historia
Por lo que sabemos, el cultivo de la cebolla se remonta a más de 3000 años a. C. El suelo fértil de la antigua Mesopotamia, en el área alrededor del Éufrates y el Tigris es, muy probablemente, la cuna de nuestra cebolla holandesa.
También los antiguos egipcios conocían la cebolla. En el libro bíblico del Éxodo está escrito que el pueblo de Israel añoraba las «cebollas», en su viaje a través del desierto. También se sabe que los egipcios utilizaban las pieles exteriores secas de la cebolla como tinte natural.
Después de su introducción en Europa por los romanos, en el siglo 13 la cebolla se volvió rápidamente muy popular, como hortaliza y para dar sabor a las comidas, en todos los estratos de la población. Y ello se mantiene, en realidad, hasta el día de hoy. La cebolla es, mundialmente, la hortaliza que más se consume en el plato principal, en términos de volumen.
El consumo a nivel mundial es de alrededor de 9 kg per cápita, pero en Libia, por ejemplo, el consumo medio es de por lo menos 30 kilos por habitante, por año. Debido a que la población mundial aumenta —en el año 2050 ascenderá a más de nueve mil millones de personas— se necesita una producción mundial adicional media por año de más de 700.000 toneladas. Actualmente, la producción mundial es de unos 70 millones de toneladas.